jueves, septiembre 13, 2007

Ismael Serrano - Recuerdo

Mountain Dreams

Para un nuevo comienzo decidió alejarse de su medio ambiente de plástico. Se cortó el pelo al ras y se quitó la barba candado. Cuando llegó a su refugio del mundo exterior, lo primero que hizo fue apilar unos cuantos leños en el hogar. Sólo se podía conocer la temperatura de esa fría noche, porque la nieve había dejado picos de hielo colgando de los árboles. Encendió el fuego, y a través del ventanal que llegaba hasta el suelo, con su luz y con ayuda de la nieve que actuaba como un espejo, iluminó los pinos, la laguna congelada, las montañas que se presentaban a lo lejos y el resto del paisaje. Gracias a su altura y una silla de tres patas, pudo bajar algo de comida enlatada que guardaba en una alacena y un farol para iluminar la habitación. Más tarde esa noche se iba a perder en el tiempo con algún libro que lo apasionara. Se sentó en la muy comoda silla que trajo del departamento que tenía en la ciudad. The music was on. And on the air the voice of Loreena was floating, and her "the mask and the mirror" wormed up the moment. Then U2 and "whit or whit out you", and later it changed for music in spanish, now joaquín took care of the moment.
No había pasado mucho tiempo desde el hasta luego, pero los dos sabían que más bien fue un adiós! Recordó aquella única vez en que iban tomados de la mano una hermosa tarde de primavera, caminando por la orilla del río, señalando a los venados que se cruzaban y arrancando algunas flores de acebo, las féminas caían de unos árboles y las masculinas de otros. Sacaron fotos y tallaron sus iniciales en un enorme roble. Recordó lo libre que su espíritu se sentía o era por esos días. Sin la presión del hoy, traida por la vida consumista que la gran ciudad y sus amistades le contagiaron; aquellos sueños que le impedían dormir de noche, hoy ya ni siquiera lograban ser un recuerdo.
La puerta se abrió de repente, a esa hora de la noche el viento se hizo más fuerte y la nevada era intensa. Se paró y tras hacer un gran esfuerzo logró cerrarla. Movió un mueble que usaba para guardar algunos utencillos y herramientas, y así evitar una nueva intromisión de la naturaleza.
Pero para entonces la temporada de nieve había sido tan larga, que de alguna manera penetró en su cuerpo. Tiñó su cabello y su tupida barba. Su rostro ahora estaba arrugado como un acordeón. Perdió la vitalidad, sus piernas temblaban, apenas parpadeaba y se había encogido. Fue perdiendo la voz, no por algún esfuerzo previo, sino porque llevaba mucho tiempo sin accionar sus cuerdas vocales. Mientras leía a Dostoyevskij, fue cediendo terreno y el sueño lo venció, hasta que sus ojos se cerraron. El libro rodó hasta sus pies, quebrando algunas hojas y perdiendo de su cuerpo otras. Finalmente los leños se consumieron y el fuego se extinguió por completo; pero el humo negro llenó su corazón y ya no pudo despertar de su sueño en la montaña.