lunes, diciembre 24, 2007
Too much make up
I'm unsteable, so back to the origins. "My rare world".
sábado, diciembre 22, 2007
Porco Rex, una nueva desilusión
sábado, noviembre 17, 2007
viernes, noviembre 09, 2007
lunes, octubre 22, 2007
Sueños de un domingo de fútbol
Para volver a su casa desde Liniers viajó dos horas - aún ese día se realizan protestas sorpresa, retrasándo y ganándose el odio de la gente que viaja para alejarse o llegar a algún lugar - hasta bajarse en la estación de tren de Merlo, a diez cuadras de su casa.
Cuando pasó por el kiosco de "Mari" sus amigos lo esperaban para comenzar la gira,como ellos la llamaban, "32 horas de carnaval". Se sentó en el cordón y se sumó a la ronda de cerveza que pasaba de mano en mano hasta que se secaba y aparecía otra bien fría. Esa esquina se convirtió en mítica, cuando a los 15 años conoció a Romina. Quizás por accidente o por esas trampas del destino, una calurosa tarde de verano, un Ford Escort último modelo frenó para comprar unos cigarrillos y preguntar como volver a la Capital. Los ojos de todos se posaron en las llantas de cromo y en el brilloso color negro del auto. Él quedo cegado por los ojos color miel que asomaron timidamente por la ventanilla trasera, y el sol hizo brillar los frenos de sus dientes. Fue en ese instante que la vida se eclipsó para retarlo. Con el peso de un gigante de cuentos medievales le cayó de golpe la imperiosa necesidad de cambiar su desprolijo estilo de vida. El hombre alto y de pelo muy corto volvió al auto, hechó una gélida mirada a la tribuna, que estaba perpleja ante la situación, y arrancó dejando la marca de los neumáticos en el asfalto. Cinco segundos más tarde, fue todo el tiempo que le tomó reaccionar, Marcos salió corriendo detrás del auto. Las burlas y los gritos de sus amigos, que no entendían que le había pasado, se escucharon hasta tres cuadras más lejos, cuando la velocidad del auto fue demasiada para él y lo perdió de vista. Creyó que se le escapaba la única chance de sentir que estaba vivo por primera vez en su vida. Su corazón bombeando demasiada sangre le pedía a gritos que frenara su marcha. Por unos segundos, ni él mismo comprendía porqué había recorrido esa distancia como si algo dependiera de ello. Cuando se volvía cansado en sus pasos pensando alguna mentira que decir, vio en el piso una tarjeta de color rosa y sin leerla la guardo en su bolsillo izquierdo del jogging. Poco tiempo después viviría los meses más felices de su vida y no gracias a una pelota de fútbol, sino a la relación con esta mujercita. Ella siempre le recordaba, que no tenían nada en común, excepto esa sensación en el estómago que otros llamaban amor. Como todos los grandes momentos de la vida duran poco, para Marcos no habría excepción.
Mientras el reloj sumaba segundos con su incansable andar, la ansiedad prolongaba la espera. No le gustó las caras en la mesa de su madre y de Rocío, la hermanastra de 12 años, que reprochaban su conducta. Ellas sabían lo que hacía los sábados a la noche.
En la pizarra de su mente la noche se dibujaba con palabras como previa cervecera, boliche de cumbia, siete de la mañana, dos horas o nada de sueño, y a la cancha con la banda.
"El Encanto" es el boliche de moda en la zona oeste. Después de tomar todo tipo de bebidas que le acercaban o le robaba a algún distraido, sintió que sus piernas no le respondían y se desmayo junto al mijitorio lleno de desechos. Pedro, uno de sus más viejos amigos, lo levantó y lo llevó hasta la puerta cargándolo como una bolsa de papas. Cuando el resto de la banda salío del boliche, notaron que le faltaba la campera de jean y el reloj. Marcos abrió los ojos gracias a unos sopapos, y se dejó arrastrar por sus amigos.
Finalmente se despertó en la cocina del bar de Enrique, todavía algo mareado reconoció el lugar. Lo esperaban con un bolso y una mochila, que abrieron sobre la mesa de la esquina, rincón que solían ocupar, y repartieron el material y las banderas.
Otra vez en el colectivo, con el sol impidiéndole abrir los ojos , camino al Monumental, empezó a despertar y a prepararse para el final de su viaje.
Como siempre sudaba mucho, por culpa del calor y porque pasar el cacheo era un momento de suma tensión, aún sabiendo que él no era del todo desconocido para los controles. En el anillo exterior, a unos metros entre el baño y el puesto de paty, repartió con sus conocidos y otro que traía dinero para no quedarse afuera. Se paró en el para-avalanchas habitual y al ver que la gente se abrazaba, gritó GOL!!!.
La tarde no iba a terminar sin otro momento de pura adrenalina, aunque no conocía esa palabra. Sobre el andén unos segundos antes que llegara el tren, sintió que le arrebataban la billetera. Respondió muy rápido y detuvo al ladrón, además de sacarle el reloj. Se acercaba el fin de lo que para él era esa nueva aventura que planeaba toda la semana, y que sin darse cuenta las vivencias se le escapaban en fracciones de segundos y no se alamcenaban en su memoria.
No sabe si fue el viento que entraba por la ventanilla que lo despertó o la luna que empezaba a salir e iluminaba su rostro. Se paró y fue a sentarse en el fondo del vagón, con las manos rodeando sus piernas y la cabeza entre ellas, haciendo fuerzas para no llorar. Todo su cuerpo temblaba y un frío lo recorría hasta lo más profundo de su alma. Era la hora de volver a las humillaciones de su jefe, al miedo ajeno al verlo acercarse, al ser un fantasma en la ciudad . Ese era el fin. Sufrió una muerte cerebral y no menos virtual que la cotidiana. Sin señales oníricas que lo invitaran a soñar, sin momentos de silencio para escuchar la música, sin olfato para oler la comida y sin el tacto para sentir en la piel los placeres pecaminosos. Las imágenes se sucedían en camar lenta, los colores empezaron a dejar lugar al gris que empujaba desde la derecha hasta que se perdió por el otro extremo y luego el negro se apoderó de la pantalla.
lunes, octubre 15, 2007
jueves, septiembre 13, 2007
Ismael Serrano - Recuerdo
Mountain Dreams
Para un nuevo comienzo decidió alejarse de su medio ambiente de plástico. Se cortó el pelo al ras y se quitó la barba candado. Cuando llegó a su refugio del mundo exterior, lo primero que hizo fue apilar unos cuantos leños en el hogar. Sólo se podía conocer la temperatura de esa fría noche, porque la nieve había dejado picos de hielo colgando de los árboles. Encendió el fuego, y a través del ventanal que llegaba hasta el suelo, con su luz y con ayuda de la nieve que actuaba como un espejo, iluminó los pinos, la laguna congelada, las montañas que se presentaban a lo lejos y el resto del paisaje. Gracias a su altura y una silla de tres patas, pudo bajar algo de comida enlatada que guardaba en una alacena y un farol para iluminar la habitación. Más tarde esa noche se iba a perder en el tiempo con algún libro que lo apasionara. Se sentó en la muy comoda silla que trajo del departamento que tenía en la ciudad. The music was on. And on the air the voice of Loreena was floating, and her "the mask and the mirror" wormed up the moment. Then U2 and "whit or whit out you", and later it changed for music in spanish, now joaquín took care of the moment.
No había pasado mucho tiempo desde el hasta luego, pero los dos sabían que más bien fue un adiós! Recordó aquella única vez en que iban tomados de la mano una hermosa tarde de primavera, caminando por la orilla del río, señalando a los venados que se cruzaban y arrancando algunas flores de acebo, las féminas caían de unos árboles y las masculinas de otros. Sacaron fotos y tallaron sus iniciales en un enorme roble. Recordó lo libre que su espíritu se sentía o era por esos días. Sin la presión del hoy, traida por la vida consumista que la gran ciudad y sus amistades le contagiaron; aquellos sueños que le impedían dormir de noche, hoy ya ni siquiera lograban ser un recuerdo.
La puerta se abrió de repente, a esa hora de la noche el viento se hizo más fuerte y la nevada era intensa. Se paró y tras hacer un gran esfuerzo logró cerrarla. Movió un mueble que usaba para guardar algunos utencillos y herramientas, y así evitar una nueva intromisión de la naturaleza.
Pero para entonces la temporada de nieve había sido tan larga, que de alguna manera penetró en su cuerpo. Tiñó su cabello y su tupida barba. Su rostro ahora estaba arrugado como un acordeón. Perdió la vitalidad, sus piernas temblaban, apenas parpadeaba y se había encogido. Fue perdiendo la voz, no por algún esfuerzo previo, sino porque llevaba mucho tiempo sin accionar sus cuerdas vocales. Mientras leía a Dostoyevskij, fue cediendo terreno y el sueño lo venció, hasta que sus ojos se cerraron. El libro rodó hasta sus pies, quebrando algunas hojas y perdiendo de su cuerpo otras. Finalmente los leños se consumieron y el fuego se extinguió por completo; pero el humo negro llenó su corazón y ya no pudo despertar de su sueño en la montaña.
jueves, julio 19, 2007
Odiosa Teconología
El celular apareció en su vida como un grito de libertad e independencia que lo llevaría a comunicarse con los rincones menos pensados del planeta. Pero no era el mejor momento para que ese invento apareciera en su vida, pues tenía un trabajo con una paga tan baja que apenas le alcanzaba para comer los domingos. Todos los días viajaba en subte y veía como la gente se emocionaba con risas y algunas veces con llantos, cuando su celular se iluminaba y sonaban esas melodías,que sólo oía en la radio portátil por las noches. Y si un teléfono sonaba con alguna canción de Ismael Serrano, presentía que su día sería el mejor en mucho tiempo.
Un día se paró al lado de una chica bonita que escribía en la pantalla de su celular y unos segundos después leía la respuesta de esa carta instantánea y luego lo guardaba. Cuando esa noche llegó a la pensión, encendió la vela para leer un libro de Cortázar que le habían prestado y sólo leía una página por noche, ya que su enorme biblioteca estaba compuesta por diez libros. Para sumar nuevos ejemplares debía esperar a que algún alma caritativa le hiciera una donación. Pero ese miércoles pensó en escribir su propia historia. Cortó un par de hojas del papel higiénico que tenía en el baño y le sacó punta al lápiz de cuatro centímetros de alto. Todo el día había estado pensando en los mensajes que escribió la chica del subte y en quién podría ser la persona que le respondía, y esa fue su primera historia. Los días que le siguieron fueron alimentando su ilusión de historias de amor y odio que toda esa gente desde su celular intercambiaba con alguien que él no veía. Empezó a robar las hojas que estaban en el basurero de los escritorios y si no lo veían intentaba elegir aquellas que tenían al menos cinco centímetros para así seguir armando su libro. Pasaron algunos meses y por lo responsable que era en su trabajo ya que nunca llegaba tarde ni faltaba aún estando enfermo, lo ascendieron a encargado del sector. Gracias al poco aumento que recibió pudo ahorrar algún dinero para tener su primer y añorado celular.
En ese tiempo una chica bonita y un poco más joven que él comenzó a trabajar bajo su mando, pronto entablaron una relación que derivó en puro amor. Él siempre tuvo la ilusión de ser un romántico, el nuevo Cirano, por ello le dejaba notas y algunas cartas escondidas por todo el edificio, en vez de mandarle mensajes de texto.
Un lunes a la tarde se escaparon unos minutos del trabajo para poder besarse bajo un árbol en plena primavera y se alejaron para caminar por Puerto Madero. A su celular llegó un mensaje del jefe, que le informaba que estaba despedido por abandonar el trabajo. La miró, la besó despacio, y con todas sus fuerzas arrojó el celular al río y le dijo: "Agarrate de mi mano que tengo miedo del futuro".
domingo, julio 15, 2007
Vuelos de Verano
Comenzó a buscar en diccionarios nuevas palabras y leía sobre la fauna mundial, aunque le fascinaba leer historias de ficción. Con estos temas ganó amistades que luego lo visitaban a él para hablar, y aunque si el momento no era el ideal, igual los recibía y pasaban horas de pío pío. Creía que de esta manera todo lo malo que de él se decía iría desapareciendo, pero algunas veces se aburría ya que visita tras visita se repetían los mismos tópicos.
Con el correr del tiempo empezó a traspasar la frontera y a visitar otros cielos. También aprendió nuevos idiomas, pues los pájaros de otras naciones no no hablaban la misma lengua que él conocía y marcaba en el calendario cuando comenzaría otra aventura. Ansioso por incorporar conocimientos, abandonaba su tierra y especialmente cuando el cruel invierno llegaba. Poco a poco fue ganando fama mundial como uno de los pájaros más interesante para conversar en todo el mundo. Conoció otros pájaros de distintos colores que buscaban lo mismo que él y fue así como año tras año organizaban viajes a lugares donde nunca antes habían estado. En estas travesías descubrío que había un lugar en la tierra donde no deseaba volver en su vida, porque allí habitaban unos pájaros negros conocidos como cuervos depredadores, que mutilaban hasta a los de su misma especie. Allí vivío momentos de mucho miedo pues el era de un verde espléndido, enceguecedor y a la vez imposible de no admirar.
Claro que no todo era color de rosa, más allá de la pájara que conoció hace ya un largo tiempo y con la que habían vivido noches de intenso e interminable romance. De vez en cuando vivía momentos de serio peligro al toparse con unos patos asesinos, y entonces tenía que volar más rápido para esquivarlos y volver a la seguridad que los árboles le ofrecían. Una mañana de invierno una paloma que lo apreciaba mucho por su sincera amistad, le contó a través de una carta que cargaba en su pata, que la pájara rosa había muerto en el crudo invierno de París.
En su propia tierra tenía enemigos, envidiosos de su sabiduría le dejaban cartas con versos aterradores y amenazantes de muerte cuando estaba de viaje. Aunque nadie se atrevió a matar al pájaro más inteligente de la tierra.
A medida que fue envejeciendo descubrió que ya no tenía las mismas ganas de ausentarse de su hogar por mucho tiempo, por eso construyó un nido más cálido donde poder soportar la lluvia, la nieve y el oscuro y frío invierno. Tampoco podía batir sus alas tan fuerte y el despegue era cada vez más difícil. Hacer un largo viaje con viento encontra lo agotaba antes de llegar a destino y eso le requería inmensos esfuerzos, de los que sólo se reponía meses más tarde.
Para no perder el gusto y el placer de entabalar una inteligente conversación con alguien distinto a él, empezó a acercarse a otras especies, éstos no volaban y andaban por tierra caminando largas horas. En este nuevo espacio del mundo encontró animales amistosos como los perros y los elefantes que siempre se ofrecían a trasladarlo en su lomo cuando estaba cansado. Por su edad ya no tenía miedo de lo que pudiera pasarle, por eso ni los tigres ni los pumas que en más de una ocasión le sostuvieron la mirada por largo tiempo pudieron vencerlo y siempre se alejaban con un aullido espeluznante cuando se alejaban. Un día se hizo amigo de un toro que caminaba por el campo todo el día y que de noche se acostaba a pocos metros de distancia de una vaca de la que estaba enamorado hacía mucho tiempo. Después de mucho intentarlo, lo convenció de entablar una conversación para saber que pensaba la vaca y que lo peor que le podía decir era "muuu". Ese día los dos se rieron durante horas. Cuando le costaba subirse al lomo del toro, éste se recostaba en el pasto y lo ayudaba con la cola para que ambos puedan pasar otra tarde agradable. Un día el toro no apreció y el pájaro se entristecío mucho, creyó que había perdido a otro amigo. Para confirmar este sentimiento horrible que tenía, fue al día siguiente al lugar donde se encotraban siempre. El toro estaba esperándolo y con una gran sonrisa. Aunque por un tiempo no le quiso preguntar a que se debía, la curiosidad era demasiada para dejarlo pasar por alto, y le preguntó, un poco irritado, a que se debía esa estúpida gran sonrisa. El toro le dijo que estaba por hacer feliz a un amigo y que tuviera paciencia, que ya le iba a contar. Después de un largo rato llegaron a una colina y en el costado del camino había un inmenso Álamo. Se sentaron un rato a la sombra para alejarse del fuerte calor que hacía ese día y de pronto aterrizó delante de la cara del toro una pájara. Estuvieron un rato hablando e ignorando al sorprendido y tímido pájaro. El toro giró su cabeza y le presentó a la pajara naranja más linda del mundo. Él apenas pudo decir pi, pi, pí, tartamudeando. Ella se río y comenzó a contarle de donde venía y cómo había conocido al enorme toro. Durante todo el verano se encontraron debajo del Álamo a las cinco de la tarde. Algunas veces el toro no aparecía para verlos desde lejos como compartían su felicidad por haberse conocido.
Una tarde de otoño los tres estaban agradablemente dialogando y contando historias de reyes y reinas y de los hermosos lugares que habían conocido, cuando un terremoto sacudió el campo. El pájaro cayó del lomo del toro sobre una roca y unas milésimas de segundo más tarde el toro lo aplastó con todo su peso.
domingo, junio 24, 2007
Feliz Cumpleaños Cuchina
jueves, junio 14, 2007
jueves, junio 07, 2007
sábado, junio 02, 2007
tomaría fotos de la ciudad
observaría a sus personajes y les inventaría historias
caminaría por lugares que no reconozco
hablaría con extraños
leería más libros
escucharía más tiempo mi mp3
iría a los museos
tomaría café mirando por una ventana
no odiaría el invierno
veería menos tv
hablaría menos por celular
escribiría más mails
tendría nuevos proyectos
pensaría más
y sería menos impulsivo
le daría fuerza a mis sueños
tendría un pasaje en la mano
no importa si el df sige estando tan lejos
no dejaría que esta pluma electronica
se quede sin tinta.
jueves, mayo 17, 2007
sábado, abril 14, 2007
Mi viaje a México
Uno siempre sueña y muchas veces se decepciona porque nada resulta como lo imagina. No sabía que esperar de México cuando salí de Ezeiza, pero fue una gran sorpresa, un baño de tequila, un mar azul, salud gracias por favor de su gente y toda su amabilidad. Descubrí que era ignorante porque me la pasaba prejuzgando porque me creí la elite de Latinoamérica y me deje llevar por trabajar en una multinacional. Pero si sigo en la misma línea debo contar que ni en 20 años se verán en Argentina los autos que me rodean aquí ni los shopings serán tan grandes y esto sólo es una pequeña porción de un hermoso país. Descubrí que hay gente más inteligente que yo y no fue a la Universidad del Salvador u otras que cuestan más que un par de libros, neta, creo que cambié. Como me dijo una amiga una vez, y yo soy de esos que poco creen en lo que dicen los demás, porque como conté antes, yo sé todo, los viajes te cambian la cabeza, te abren un mundo, conocés gente que no piensa igual, que sabe creer en sí misma y te muestra que siempre hay dónde volver a empezar. No es que me olvidé de mis raíces ni de lo bueno que en la República me rodea. Estuve en las pirámides de Teotihuacan construidas por los Mayas, loco, las leí en el colegio. Y en el DF, pinche guey, visité el zócalo, su catedral y esa plaza con la enorme bandera. Toda una metrópolis, llena de autos y que carros!, 30 millones de personas y edificios inteligentes. Todos saben que soy anti-bostero, pero estuve en el Estadio Azteca y me emocioné al entrar, tengo una foto de testimonio cuando veo el pasto por primera vez, y me saqué una foto junto a la placa de homenaje al Diego por su gol contra los Ingleses, y me sentí muy argento. Y para cerrar mi recorrida futbolística también fui al Estadio Jalisco. Pero hace muy poquito logré un sueño que tenía desde muy chico, ahora soy periodista, además cumplí treinta años y me doy cuenta que otra etapa comienza. Aún no termina mi travesía eso lo puedo afirmar, y sé que no va a pasar mucho tiempo hasta que vuelva a armar las valijas y subirme a un avión. Hoy ya lo tengo decidido y tengo amigos que me esperan y no sé si España será ese lugar en el mundo que todos buscamos, donde sentimos que encajamos, que allí definitivamente vamos a crecer, donde nos vamos a enamorar y será más que un amor de película y quizás sea subtitulado. No cerré mi vínculo con México, pues mi hermana sigue viviendo aquí y por suerte rodeada de gente linda y gracias Bian desde acá porque sos una buena mina, no sólo por tus fideos con esa salsa rica sino por ser amiga de la cuchina. Aquí tiré la onda para quedarme y fue bienvenida, hasta pueda darse muy pronto, y quizás sea 300% periodista. En algunos momentos pienso y dejo el teclado y no sé si contar cuál es mi sentimiento más real, no crean que soy desagradecido, pero no sé si quiero volver, Argentina. En este viaje me di cuenta que deseo vivir por mi cuenta que es hora de cortar el cordón y que puedo ser una persona y que los demás me pueden ver como tal, y que no soy sólo aquel que sueña con esa vida que le doy a algunas de mis historias o esas que imagino cuando descansa mi hueva. Hay muchas palabras que se dicen diferente y que significan los mismo en otros lados, pero que lindas suenan cuando son nuevas. Hay una nueva meta en mi vida y es no dejarme absorber por la rutina, no importa cuan segura y efectiva sea y cuanto me haga creer que esa es la manera de vivir. Estoy feliz, y esta vez no es porque ganó Chicago o porque sigo teniendo trabajo, quizás después de tantas palabras todavía no sé explicarlo, pero para aquellos que lean este texto, sepan que hoy 13 de Abril de 2007, I still haven’t found what I’m lokking for, and I belive in me.
lunes, abril 09, 2007
viernes, marzo 02, 2007
Homenaje
jueves, febrero 15, 2007
Vandalismo
Fue en ese momento que comencé a imaginar la situación, lo que venía y como lo iba a llevar a cabo. Me empezó a correr un frío por el cuerpo, una gota de transpiración rodó por mi mente, hizo equilibrio en la mejilla y cayó al vacío aterrizando en mi zapatilla. Cuando quise doblar prolijamente la planilla, noté que las manos me sudaban. Me senté del lado de la ventanilla porque bajó quién estaba a mi lado en la fila de asientos para dos. El viaje pronto llegaría su fin. Miré la puerta por donde iba a descender y en los vidrios estaba pegado el cartelito con fondo negro y letras blancas, “mire atrás al bajar”. Los marcos de la puerta eran negros y brillosos, parecían recién lustrados, y tuve un pequeño sentimiento de culpa por estropearlos. A mi lado se sentó una morocha a la que ví de refilón, me pareció atractiva, y por eso me dio un poco de vergüenza lo que estaba por hacer. Casi tan rápido como un rayo de luz vino a mi mente un pensamiento que me perturbó. ¿Cómo se siente un ladrón antes de cometer el hecho? ¿Le sudarán las manos, transpirará, le temblarán las piernas como me había pasado a mí?
El colectivo llegó a Emilio Mitre y Rivadavia, ya estaba a menos de una cuadra de la estación de subte. Separé una de las etiquetas y la pegué en mi dedo índice derecho, colgué la mochila de mi hombro y dejé que varias personas bajaran primero. Llegó el momento cumbre, el que hasta hacía poco me llevó a un estado de éxtasis y nerviosismo, el que me pintó un futuro negro y del que ya no podía volver.
Mi primer movimiento fue relojear que el conductor no estuviera mirando por el espejo retrovisor, pegué la calcomanía en el marco y bajé la escalera. Me sentí diferente, casi extraño, había salido impune de mi fechoría, caminé con aire triunfador y me dirigí a la boca de subte. Desde ese día, cada mañana repito mis acciones en el transporte público.
Creo que ya crucé la linea, ahora no sé cual será mi comportamiento en el futuro, pero ya sé que es vandalismo.
martes, febrero 06, 2007
jueves, febrero 01, 2007
EFECTOS SECUNDARIOS
domingo, enero 28, 2007
TREINTA
Casi: porque me siento querido, admirado y tantas otras cosas que me faltan palabras para expresar esto que siento.
Siempre creí poco en mí y con algunas ideas medio surrealistas me miraba y miraba a los demás, pero vos lograste dar vuelta todo eso con tus consejos. Desde que fuimos creciendo hice todo lo posible para que confiaras en mí porque necesitaba hacerte saber que podías contar conmigo. Te empecé a admirar y sentí deseos de imitarte porque te estabas conviertiendo en la gran persona que ahora sos. Todavía lo sigo haciendo porque ahora quiero seguirte hasta México.
Me acuerdo de todo lo que contás y esa sensación de tener un cómplice para las cosas más pequeñas de la vida, que son las que nos hacen crecer, y las grandes, que nos definen como personas, son sentimientos únicos que se comparten con muy pocos en la vida.
Y por si fuera poco me prestaste atención y recordás algunas historias deportivas que inconcientemente me confirmaron que por ahí era el camino. Y que escribas que pudiste aprender algo de mí, wuau.
También sos parámetro para todas las personas que conozco, porque si no tienen una milésima de vos, entonces, son descartables.
Porque te adoro se me revuelven las tripas si llorás.
Y aunque hoy estemos un poquito lejos no lo siento así, porque cuando te llamo y me decís "hola cuchino", estamos más cerca de lo que creés.
Estoy muy feliz por lo que logramos, porque ser hermanos es un vínculo enorme pero además somos amigos. Ya tengo treinta y muchos retos que afrontar y decisiones difíciles que tomar, pero te tengo para que me escuches, uff, que alivio!!!!
Gracias por existir y por elegir ser " la hermanita del keké".
miércoles, enero 24, 2007
Imágenes
En caída libre transcurren sus días desde que se separó de ella. Perdió el contacto con el mundo exterior y la falsa amistad de sus compañeros de trabajo. A sus espaldas escuchaba el murmullo hiriente por donde fuera que caminara en esa ciudad virtual. Ni siquiera iluminaba sus pasos la diminuta luz de una estrella.
Su carrera en la empresa comenzó cuando a través de un pariente lejano pudo ingresar como cadete para en pocos meses pasar a ser jefe del sector administrativo y luego fue vendedor, también gerente de ventas en casi un año. Su ascenso hasta gerente regional en latinoamérica fue meteórico y había sorprendido a muchos, generando odios y envidias. Solía almorzar con los ejecutivos más importantes de la empresa y los fin de semana iba a jugar al golf y a esquiar en las vacaciones de invierno. En pocos años pasó de ser una persona ignota y al borde del suicidio cada día, para convertirse en ese astro de las películas que siempre soñó ser. Fue en la fiesta de fin de año de la empresa que la conoció. Nunca la había visto, y sólo en otra vida lograría enamorar a una mujer tan bella, pensó en ese instante. Aún hoy cuando intenta recordar como pasó, no lo sabe. Pero su sonrisa lo hipnotizó, su mirada lo apartó de la realidad y el sonido de su voz le hizo perder el sentido auditivo, nada fuera de ella existía. Sólo recuerda que a la mañana siguiente se despertó en una cama que no era la suya y que aquella mujer que creyó haber soñado estaba ahora a su lado. Todo pasó muy rápido. Cuando llegó a la oficina, la gente le empezó a sonreír y a guiñarle el ojo incluso algunos se le acercaron para pedirle consejos sobre mujeres. Cuando no sabía que decir, usaba frases de canciones y citaba a algunos escritores sin revelar la fuente y aquellos que lo rodeaban demostraban su ignorancia creyéndolo autor de tanto palabrerío. Esa noche llegó a su casa y al revisar los bolsillos del traje, antes de llevarlo a la tintorería, encontró en el izquierdo interno un collar de plata y brillantes y en él colgaban unas letras: “Sofía”. Su vida cambió tan rápido como la ola se aleja de la orilla, se había convertido en una montaña rusa, el dinero le compró amigos y drogas y lujos y mujeres -de esas que sólo viven de noche- y una vida en exceso con un guión que no fue escrito para él.
Sofía lo amaba y se lo decía todas las noches, le recordaba que su felicidad eran esa cuatro paredes y un techo con libros y besos. Viajaron a París y a Manhattan. Caminaron por la Gran Muralla China y casi se ahogaron en las calles de Venecia. Pero fue Londres que lo cercó con Piratas e historias oscuras de asesinatos y prostitutas. Caminaron por la orilla del Tamesis y volvieron al hotel a las tres de la mañana. La policía derrumbó la puerta, anunció su presencia a gritos pelados y pisó los charcos de sangre; derribaron los muebles de la habitación, lo patearon en el piso, lo levantaron como si pesara menos que una pluma y lo arrojaron contra el espejo. Lo dejaron inconciente y lo esposaron. Desde ahí, todo son imágenes que corren por su mente a la velocidad de la luz. Volvió a Buenos Aires, tomó trescientas pastillas de distintos colores que encontró en la valija, y se desplomó sobre la cama.
Abrió los ojos, se tiró el vaso de agua en la cara, se golpeó la cabeza contra la mesita de luz, miró hacia todos los rincones de la habitación buscándola. Se restregó los ojos con la sábana y a su lado no había nadie, nunca había tenido compañía en su cama.